domingo, 7 de junio de 2015

GRECIA, TO BE OR NOT TO BE

Ser o no ser…es el comienzo de una parte de la famosa obra de Shakespeare, Hamlet:

Ser o no ser, porque he aquí la cuestión. ¿Qué es más digno para el espíritu?, sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna o tomar armas contra océanos de calamidades y, haciéndoles frente, ¿Quizás acabar con ellas? Morir..., dormir; no más. ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente apetecible! ¡Morir... dormir, y tal vez soñar! ¡Si, ahí está el obstáculo! Pues es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevivir en ese sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la vida

Y la verdad no es que yo sea muy shakesperiano, pero hoy, pensando precisamente en Grecia, me ha venido a la memoria la archiconocida expresión.

Estaba yo leyendo la prensa, como buena costumbre de domingo, y me detuve en la última de Mr. Varufakis, al que tengo que reconocer no sé si me recuerda más a Angel Eyes, el “malo” (Lee Van Cleef) o a Tuco, el “feo” (Eli Wallach). Ahora, cuando cada vez nos acercamos más al 30 de junio, digamos “deadline” en el último capítulo del asunto griego, no se le ocurre otra cosa, sino pedir a Angela Merkel un “discurso para la esperanza” que facilite la recuperación económica del país y la normalización de las relaciones con los socios europeos, de manera similar al llamado “discurso de la esperanza” que el 6 de septiembre de 1946 pronunció en Stuttgart el entonces secretario de Estado de EEUU, James F. Byrnes.

Debo reconocer que me encanta el poder de “ensoñamiento” de Mr. Varufakis y por eso me lo imagino a lo Hamlet entonando su famoso soliloquio:”…y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos…”, pues no sólo quiere que Merkel vaya a la ciudad que elija en Grecia, ya sea Atenas o Salónica, muy amable por su parte al poner todas a la disposición de la canciller, y hacer de ella una nueva Byrnes, sino que quiere un nuevo planteamiento de la integración europea, que comience según él con el país que más ha sufrido, en alusión a los programas de ajuste aplicados en Grecia, “victima tanto de la concepción defectuosa de la zona del euro como de los fallos de su propia sociedad”.

Porque si no nos hemos dado cuenta, Grecia “está lista y dispuesta para concertar un pacto con Europa” en referencia a la propuesta de acuerdo que su Gobierno, el de Varufakis, ha presentado a los acreedores, pero que para que el país aplique esas reformas con éxito, nuevamente según Varufakis, sus ciudadanos necesitan un ingrediente del que carecen: la esperanza.
La esperanza. Supongo que la misma que quiere para Grecia, la quiere para Portugal, para Irlanda, para España, para Italia,…o a lo mejor no. A lo mejor el objetivo es otro y su idea está más cercana del dicho: “ande yo caliente…”.

Porque los demás también han sufrido lo suyo, y ya no lo digo por España, sino más bien por Portugal. Y a ellos de momento no les he oído dar tantas vueltas a lo que al final no le queda más remedio a Grecia que hacer, enfrentarse al pago de sus deudas. Enfrentarse a esta situación exige nuevos sacrificios, seguro que sí, pero lo que no facilita las cosas es haber dilapidado los últimos 4 meses de negociaciones, para al final terminar poniendo el ejemplo del 1946 y pedir a Merkel esperanza. Para eso no es necesario tanto teatrillo, pues parece bastante claro que el objetivo no es otro sino tensar la cuerda tanto como se pueda, y si se tensa demasiado, pues ya sabes…not to be.


Y por aquello de dejar parte de los deberes hechos, le recomendaría a Varufakis un pequeño ejercicio, ese que muchas personas, ya sean griegas, portuguesas o de cualquier otra parte del mundo han tenido que hacer cuando no pueden pagar un préstamo. Pensar en los compromisos adquiridos y sus consecuencias:

Dejar de pagar un préstamo, sea hipotecario o personal, le puede acarrear graves problemas. En la gestión de cualquier presupuesto, el pago puntual de las deudas tiene que tener prioridad sobre los demás gastos. Nunca tome la decisión de dejar de pagar un préstamo como solución a un problema económico, porque lejos de ser una solución, será el comienzo de problemas mucho peores.

Si usted sufre un cambio en su situación económica que realmente hace imposible el cumplimiento de sus obligaciones, lo mejor es acercarse a su banco o caja para comunicarles el problema antes del vencimiento del pago. Siempre es más recomendable anticiparse al problema que esperar a que se lo reclamen. No tenga vergüenza en acudir a su oficina para exponerles su problema y pedir ayuda. Cualquiera se puede encontrar con dificultades económicas en un momento determinado y las entidades de crédito prefieren cobrar, aunque sea con retraso, que tener un cliente moroso y verse obligadas a iniciar reclamaciones judiciales. Encontrar una solución beneficia a ambas partes.

Es muy posible que su entidad le proponga alguna medida como por ejemplo refinanciar la deuda, establecer un plazo más largo para que la cuota a pagar sea inferior, o incluso la concesión de un período de carencia, durante el cual sólo tendría que pagar los intereses. Estos son ejemplos de posibles soluciones que le podrían ayudar a pasar malas rachas, pero tenga en cuenta que normalmente significan que a lo largo la deuda le resulta más cara. Aun así, siempre será mejor que simplemente dejar de pagar.


PS: las fotos que se adjuntan en el presente post, fueron sacadas esta primera en el Palacio de Nymphenburg, en Munich, Baviera.

domingo, 10 de noviembre de 2013

DE LOS MÓVILES Y LA PREGUNTA SOBRE CÓMO HACIAMOS ANTES PARA QUEDAR

Son muchas las ocasiones en las que sin darme cuenta termino mirando mi iPhone. Esperando a que llegue el metro, antes de entrar a la consulta del médico, o simplemente cuando no tengo nada que hacer. Los teléfonos móviles han sido un gran adelanto. Desde aquellos “ladrillos” que nos daban con el plan “Duo de Amena”, pasando por las maravillosas BlackBerry y sus emails, hasta los más actuales Smartphone. Y lo de “teléfonos inteligentes” es una forma generosa de definirlos, porque seguro que los teléfonos serán inteligentes, pero lo que somos sus usuarios, cada vez lo somos menos.
Los teléfonos móviles actuales han creado en el ser humano una relación de dependencia casi simbiótica. El móvil necesita que nosotros lo carguemos, sobre todo mi iPhone, que cada vez dura menos, y nosotros necesitamos de sus aplicaciones, de su agenda, de la bandeja de correo, del 3G,…
Reconozco que soy un ferviente adorador de mi teléfono. Ya no sé ni correr sin él, es decir, sin el “runtastic”. Sí, así es. Cuando salgo a correr, necesito saber: i) la distancia recorrida; ii) el tiempo por kilómetro; iii) el desnivel salvado; iv) la velocidad media,… y ahí es donde me pregunto yo: ¿y cómo corría yo antes? Pues con zapatillas como ahora.
Actualmente el móvil es una necesidad para muchos de nosotros. Cuando salimos de casa, solemos coger la cartera (DNI y dinero), las llaves (para luego volver a entrar en casa o para coger el coche) y el móvil. Vamos que puedes salir sin abrigo en pleno noviembre, pero si llevas tu móvil, es como si no pasara nada.
Una necesidad para una persona es una sensación de carencia unida al deseo de satisfacerla. Por ejemplo, la sed, el hambre y el frío son sensaciones que indican la necesidad de agua, alimento y calor, respectivamente. Las necesidades son la expresión de lo que un ser vivo requiere indispensablemente para su conservación y desarrollo. En psicología la necesidad es el sentimiento ligado a la vivencia de una carencia, lo que se asocia al esfuerzo orientado a suprimir esta falta, a satisfacer la tendencia, a la corrección de la situación de carencia”.
Sensación, carencia, conservación, satisfacer,… demasiado para un simple teléfono móvil, no?
La verdad es que la pregunta debería hacerse sobre el preciso momento en el que el teléfono móvil paso de ser un medio para comunicarse, cuando dos personas se encontraban separadas por una considerable distancia, a ser la forma de comunicarse de 4 personas que están a la misma mesa y se mandan mensajes de WhasApp. Ahí en ese preciso momento es cuando parece evidente que algo falla.
Y lo digo reconociéndome como el primer adicto.
El twitter me tiene enganchado, no me digáis porque pero es así. El WhasApp, es parte de la forma en la que me comunico con mis amigos, a lo mejor no les veo en meses, pero algún WhasApp seguro que nos mandamos. Para ir a un sitio nuevo, lo primero que hago es meterlo en la aplicación de mapas del teléfono. Sobre la meteorología, ni os cuento. Ya no veo al Maldonado de turno en la televisión, ahora al móvil. La alarma que me despierta cada mañana para ir al trabajo es desde hace tiempo la que pongo en el móvil. La cámara de fotos es la del teléfono, porque además cada vez salen mejor, incluidas las panorámicas. Y así podría seguir.
Pero el teléfono móvil no son solo aplicaciones y la posibilidad de ver los periódicos por internet. Recuerdo a la edad de 15 años, cuando quedaba los sábados con mis amigos, lo que solíamos hacer era el viernes fijar la hora y el lugar, por ejemplo en la Plaza de Cervantes a las 17:00 junto al quiosco de música, o a lo sumo el propio sábado llamarnos por el fijo a casa, pero sólo a uno de los amigos y luego hacíamos cadena para avisar al resto (en esos tiempos cada llamada de teléfono se pagaba). A la hora fijada nos encontrábamos todos, o a lo sumo alguno se retrasaba 15 minutos, y nos íbamos a hacer lo que hacían todos los niños de 15 años. Os imagináis eso actualmente? No puedo hablar sobre el caso equivalente de la juventud actual, pero supongo que el móvil será fundamental para quedar. De lo que sí puedo hablar, sin embargo, es cuando quedo yo con mis amigos. Rara es la ocasión en la que aunque haya quedado a una hora y en un lugar, no nos intercambiemos antes un par de llamadas para avisar que llegamos 10 minutos tarde o que no encontramos donde aparcar. Reconozco que es la sociedad en la que vivimos y darle la espalda a los medios de que disponemos para hacernos la vida más sencilla carece de lógica, pero la verdad es que no por ello dejo de preguntarme si podría depender menos de mi teléfono móvil. Sobre todo me lo pregunto para saber si mi dependencia hacia el teléfono puede estar afectando a las personas que me rodean, a V, a mis amigos. ME pregunto si en algún momento no dejaré pasar algo por alto por estar mirando el móvil, ya sea para leer un email, o para ver dónde está una calle.
Supongo que de mí depende quién depende más de quien y para ello no dejo de recordar a un profesor que tenía en el colegio y que siempre nos decía que nos estábamos idiotizando. Hablo de hace más de 20 años. Si nos viera el pobre ahora. Bueno supongo que diría que lo hemos conseguido después de mucho intentarlo, y somos un poquito más idiotas que antes.

Y hablando un poco de otras cosas. El otro día estuve en el Sushi 99 de Ponzano. Había estado antes en el de Hermosilla por lo que el riesgo no era mucho. Fantastico. Para los que nos gusta la comida japonesa, una elección de primera.



                                            

domingo, 29 de septiembre de 2013

OTROS VENDRÁN Y BUENO TE HARÁN…

Seguro que más de uno ha escuchado antes el conocido dicho que he utilizado como título de este post. Intentar justificar la situación en la que nos encontramos y darla por buena por el simple hecho de que en otros lugares lo hacen peor que nosotros me parece muy triste. Diría hasta un poco cobarde y patética.

Y aunque a mí me pueda parecer que no deberíamos fijarnos en los problemas de los demás para justificar los nuestros, no por ello es menos cierto que esta ha sido, y posiblemente siga siéndolo, una práctica que desde hace tiempo se ha venido practicando por todos.

Si los resultados de nuestra empresa no son los esperados o tenemos pérdidas, pero los de nuestra competidora más acérrima son peores, parece que hasta se lleva bien. Si la prima de riesgo de nuestro país sube, pero lo hace menos que la de los vecinos, como que se lleva de otra manera. Si el Real Madrid pierde por 1-0 y a la vez el Barcelona lo hace por 2-0, resulta menos doloroso, hasta nos da un cierto placer. Si la clase política de nuestro país no acomete las medidas necesarias y por las que fue elegidas, mientras saltan a la luz casos de supuesta financiación ilegal y presunta corrupción, pero a la vez el país vecino se tambalea pues apenas 7 meses después de las elecciones generales 5 de los ministros del gobierno dimiten, con los riesgos de inestabilidad que eso conlleva, pues hasta tiene cierta lógica pensar que nos dejen como estamos: “virgencita, virgencita,…”.

Italia es un país que siempre me ha gustado. Algunos piensan que los españoles y los italianos nos parecemos mucho. Un clima similar, el mediterráneo, la historia pasada común,…Yo no creo que seamos tan parecidos, si bien es cierto que un italiano tiene más cosas en común con un español, que posiblemente un sueco o un danés.

Italia posee esa industria que siempre he echado de menos en España. Esos clústeres, de moda o automoción, que tan bien han sabido reinventarse a lo largo de los años. Esa influencia a nivel internacional, que le ha hecho ser parte del G7, cuando era un club de prestigio.

Italia también ha sufrido otros factores que han influido en lo que como país ha sido y posiblemente será. Una mafia que ha llegado a formar parte de manera simbiótica del propio estado. Una gran diferencia entre un norte rico e industrializado y un sur pobre y desconocido.

Italia parece que esta semana ha decidido volver a ocupar primeras planas de diarios internacionales, salir en los noticiarios, ser trending topic. Parecía que habíamos superado de crisis en Siria, bueno ya me entendéis, ese apaño entre Putin y Obama. La FED no ha cortado finalmente el grifo y sigue con su EQ3 a todo trapo, situación que más pronto que tarde seguro terminará. Y estábamos todos pendientes de EEUU y su nuevo precipicio fiscal, es decir, las negociaciones entre republicanos y demócratas, donde los primeros quieren acabar con el proyecto de salud pública de Obama para apoyar a los segundos en el aumento del techo fiscal, cuando de repente…Il Cavaliere vuelve a escena.

El Senador Don Silvio Berlusconi, yo creo que debería haberse llamado Vito Berlusconi, para intentar salvarse de la cárcel, condenado por corrupción (compró un senador para derrotar a Romano Prodi) y por incitar a la prostitución, ha decidido utilizar los 9,92 millones de votos que recibió en las pasadas elecciones de febrero 2013. Don Silvio, muy democrático él, para no tener que devolver su asiento de senador y que entonces la justicia pueda actuar contra él, al pasar a estar desaforado, ha presionado a todos, desde Letta, hasta Napolitano, para conseguir inmunidad, con una inestabilidad política en Italia si no le “resuelven su tema”.

Y las amenazas se han convertido en hechos. Los 5 ministros del partido de Berlusconi que estaban dentro del gobierno de coalición en Italia, resultante de las últimas elecciones italianas (el partido de Bersani sacó 10,04 millones de votos, Berlusconi 9,92 millones, Beppo Grillo con sus 5 estrellas sacó 8,68 millones y mister Mario 3,59 millones), presentaron su dimisión este sábado ante Letta, el cual venía de New York, de Naciones Unidas, tan contento.

Está claro, Silvio Berlusconi es un político de grandes miras. Un estadista que ha antepuesto los intereses del país por delante de los suyos. Un empresario de prestigio que decidió dejar de lado sus negocios para “pilotar” la nave llamada Italia. Una persona entrañable, tolerante, un intelectual, un milanés dispuesto a mantener más unida que nunca su patria.

Pues va a ser que no.

Il Cavaliere, no me digan porque, ha recibido el voto de casi un tercio de los italianos. Antes fueron muchos más los que le votaron. No voy a juzgar a aquellos que le votaron y todavía lo han seguido haciendo. Dios me libre. Lo único que si considero no es discutible, son las consecuencias de los actos de Berlusconi. Además de poner en jaque a un país como Italia, el cual a mi modo de entender bastante tiene con salir de la crisis económica en la que se encuentra inmerso, nos condiciona a los vecinos como España, los cuales ante la primera corriente de aire frio podemos coger una pulmonía.

A mí me puede dar más o menos pena lo que ocurre en Italia. Puede preocuparme la nueva crisis institucional, la n-ésima, en la que parece se van a encontrar en breve, pero lo que si es cierto es que me preocupa las consecuencias que para España puede tener. Por dos motivos principalmente:
  • Porque España es un enfermo que está en fase de recuperación. Una recuperación que va muy despacio y en la que cualquier tipo de decisión mal tomada puede hacernos recaer.
  • Porque nuestros políticos, los que nos gobiernan, seguro que en su fuero interno pensarán que mientras en otros sitios, como Italia, ese país al que nos parecemos tanto cuando queremos, tengan gente como Berlusconi, todavía tendrán más motivos para pensar que están en lo cierto con sus actos, o mejor dicho la carencia de actos como podría ser una dimisión.

Y es que este mundo tan global en el que nos ha tocado vivir, mucho más últimamente cuando debemos tanto dinero a tantos, una crisis como la italiana nos afecta. Y si encima se aplica el dicho de: “otros vendrán y bueno te harán…”, mucho más difícil será se produzca una regeneración de la clase política en España que tan necesaria considero es. Flaco favor a mi entender le ha a hacer Berlusconi a Italia, al igual que se lo hará a España indirectamente.

Gracias Silvio…

Cambiando de tema. Hablemos de cine.


En otras ocasiones, he utilizado este mi post para recomendar algún libro, álbum de música o hasta película. Hoy quiero hacerlo nuevamente y animaros, por no decir pediros, que hagáis un hueco en vuestra agenda el 8 de noviembre de este año para ver el estreno de: ESTO NO ES UNA CITA. Se trata de una película española, que ha sido autofinanciada por los que en ella han participado. Con un fantástico guion y unos divertidos diálogos, esta cinta muy familiar seguro que os hará pasar un buen rato. Reconozco que por la parte que me toca, al conocer a personas que en ella han trabajado, y siguen haciéndolo, para que tenga un hueco en una industria complicada, puedo no ser muy imparcial, pero también soy sincero si os digo que la primera vez que la vi tenía intención de ser muy crítico con ella, cosa que he hecho, incluso en esta recomendación. Ya me diréis los que vayáis a verla…

miércoles, 17 de julio de 2013

ESCUCHA, ESCUCHA,…ARCHIMBOLDI TE ESTÁ HABLANDO


El lunes pasado hicieron 10 años de la muerte de Bolaño. 

Carlos Bolaño murió a la edad de 50 años, tal que un 15 de Julio, tras pasar diez días en coma, en el Hospital Valle de Hebrón, como consecuencia de una insuficiencia hepática mientras esperaba en vano un donante para realizarse un trasplante de hígado.

Un amigo muy de la mar, siempre me dijo que el 16 de Julio era una mala fecha. La patrona del mar, la Virgen del Carmen, ese día siempre sopla de lado. Días siempre raros. Bolaño no pudo esperar al 16, se nos fue un día antes.

Es muy difícil de describir lo que he sentido leyendo a Bolaño. Son muchos libros antes leídos, de muy diferentes autores, y sin embargo Bolaño es diferente, jodidamente distinto. 

Su obra ha dejado un profundo hueco en mí, difícil de llenar. Ahora me resulta gracioso, pues en ese intento por querer llenar el hueco que ha dejado, en cierta medida he conseguido liberarme de alguna atadura social. Tengo menos miedo, las decisiones, otrora difíciles, ahora son mucho más sencillas. Será por Bolaño, o será por Archimboldi, lo cierto es que algo ha cambiado. Posiblemente yo haya cambiado en ese viaje. 

Para poder explicarlo, necesito hablar de 2666, su obra póstuma, un libro, por cierto que encierra cinco libros. Más de 1.000 páginas de pura genialidad. Un delirio de sensaciones, un mundo paralelo a este en el que transitamos, un mundo en ocasiones incluso más real que el nuestro. He disfrutado de él hasta la extenuidad. Hubo semanas en las que sólo era capaz de leer dos páginas, por el simple placer que con su lectura había sacado. Ha conseguido saciarme hasta niveles pocas veces antes sentidos. He llegado incluso a leer una sola página, de las más de 1.000 que tiene, para después parar, y disfrutar, simplemente exprimir las sensaciones. Con ello tengo que decir, que conozco a quién ha parado a la mitad de su lectura. Cobarde de él, no quiere seguir avanzando, como si al dejar de leer el libro pudiera controlar el placer que su lectura en el futuro le vaya a dar. Cobarde! 

Al descubrir a Bolaño, quise compartir con las personas que me rodeaban el placer de su mundo interior. Muchas fueron las ocasiones en las que recomendé la lectura de 2666. La consecuencia, en ocasiones no fue otra sino ironía, seguro sin mala intención, al ver el grosor del libro recomendado: “de verdad quieres que lea ese tocho?”. Cierto sea por otra parte, que a todo tipo de reunión a la que fui mientras lo leía, mayormente reuniones de negocios, era ocasión en la que aprovechaba para enseñar mi libro, hablar de Bolaño, y sobre todo invitar a disfrutar de su visión de la vida.

Luego con el tiempo, he podido enterarme que Bolaño fue y es un escritor de culto. Francia, Alemania, EEUU,…, y por supuesto toda Sudamérica. Pensándolo mejor era algo normal. Aquello que para mí fue un descubrimiento en su momento, al que siguió una liberación, lo fue igualmente para muchos más.

Hoy en día, 10 años después de su muerte, además debería ser un motivo de mayor atención por nuestra parte. Hoy, cuando la mediocridad nos rodea por doquier, cuando existe una hipocresía instaurada en la sociedad, hoy cuando nos faltan arrestos para cortar con tanto y tantos que pretenden decirnos lo que es bueno para nosotros, es cuando Bolaño es más importante.

La realidad es que Archimboldi, ese magnífico personaje de la obra 2666, nos habla a todos. Sólo es necesario hacer un pequeño esfuerzo para dejarle que se siente en casa, en el salón, o en el estudio. Archimboldi, nos hablará, nos contará una pequeña historia, nos dirá como le gustaba bucear en el mar del norte, como aguantaba la respiración, nos contará la historia del judío que vivió la revolución rusa, nos hablaría de un combate de boxeo entre un mexicano y afroamericano, nos describiría Venecia en invierno,…sólo es necesario ponerle un poco de atención, abrir la mente para que luego él deje un hueco que nosotros deberemos llenar, ya sea con valor ante los retos y la vida que tenemos por delante, o por la insulsez de esta sociedad “gomorrizada” en la que vivimos.

“...la novela, tan unánimemente celebrada, se llamaba El ocaso y su argumento era muy simple: un joven de catorce años abandona a su familia para sumarse a las filas de la revolución. Pronto está luchando contra las tropas de Wrangel. En medio de un combate resulta herido y sus compañeros lo dan por muerto. Pero antes de que las aves carroñeras se ceben con los cadáveres una nave extraterrestre desciende sobre el campo de batalla y se lo lleva, junto a otros heridos de muerte. Luego la nave entra en la estratosfera y se pone a orbitar alrededor de la Tierra. Todos los heridos sanan rápidamente de sus heridas.

Después un ser muy delgado y altísimo, más parecido a un alga que a un ser humano, les realiza una serie de preguntas del tipo: ¿cómo se crearon las estrellas?, ¿dónde termina el universo?, ¿dónde empieza? Por supuesto, nadie sabe responderlas. Uno dice que Dios creó a las estrellas y que el universo empieza y termina allí donde Dios quiere. A ése lo echan al espacio. Al resto los duermen. Al despertar el adolescente de catorce se encuentra en una habitación pobre, con una cama pobre y un ropero pobre en donde cuelgan sus ropas de pobre. Al asomarse a la ventana contempla extasiado el paisaje urbano de Nueva York. Las aventuras del joven en la gran ciudad, no obstante, son desgraciadas. Conoce a un músico de jazz que le habla de pollos parlantes y probablemente pensantes.

–Lo peor de todo –le dice el músico– es que los gobiernos del planeta lo saben y por eso hay tantos criaderos de pollos.

El joven objeta que los pollos son criados para que ellos mismos se los coman. El músico contesta que eso es lo que quieren los pollos. Y termina diciendo:

–Putos pollos masoquistas, tienen a nuestros dirigentes cogidos por los huevos…”

Gracias a Bolaño y sus Archimboldi, que me han hecho esta mi vida mucho más llevadera.

lunes, 20 de mayo de 2013

DE LAS VERDADES Y LAS MENTIRAS, DEPENDIENDO QUIEN LAS CUENTE O QUIEN LAS LEA


“La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua”
Miguel Cervantes Saavedra

Creo que no existe mejor manera para empezar mi post que haciendo uso de una frase de mi paisano Cervantes. La verdad y la mentira suelen andar siempre juntas, pero sin mezclarse y en muchas ocasiones depende del estado de ánimo en el que nos encontramos, de las ganas que tengamos para poder diferenciarlas o simplemente de lo inclinados que podamos estar por una u otra.

Y es que durante las últimas semanas he asistido, como espectador, al estreno de las que pueden ser dos grandes obras literarias: “Hay vida después de la crisis” y “Nosotros los mercados”. Cada una de ellas ha sido escrita por una figura mediática, a mi entender, en gran parte fruto de lo que hoy se ha dado a conocer por la “popularización de la economía”. Desde hace tiempo no nos extraña que hasta nuestras abuelas hablen de la prima de riesgo, razones más que de sobra para que algunos best-sellers de intriga o amor hayan sido desplazados por libros sobre economía como los antes mencionados.

El primero de los libros, pero segundo en salir a la luz, ha sido escrito por José Carlos Diez. El segundo, desde hace unos meses entre nosotros, es de Daniel Lacalle.

Si se tratara de responder a la pregunta sobre cuál me ha gustado más, o quien está más cerca de la verdad y quien de la mentira, según mi parecer, debo reconocer que posiblemente ambos estén en posesión de ambas, y sólo que depende de cómo nosotros, sus lectores, queramos entender el mensaje.

Para José Carlos, firme seguidor de Keynes, o eso a mí me parece, y enamorado de la política seguida por el Banco de Japón y la FED americana, Merkel y Mariano hacen todo lo contrario a lo que él recomienda, es decir a lo que entiendo él haría. Según José Carlos, la crisis que vivimos es una crisis de deuda privada, principalmente bancaria y que provoca restricciones en el crédito, lo cual ocasiona continuados cierres de empresas y una profunda depresión. De Merkel lo que opina es que hace un juego sucio al tirar la piedra y esconder la mano. Juego que según él desde España seguimos como buenos alumnos, no vaya a ser que de hacer lo contrario nos manden al “rincón de pensar”.

Daniel Lacalle, al contrario, ataca los pilares keynesianistas, defiende la racionalidad en el gasto, huyendo de un exceso de burocracia inútil y en un escenario de una Europa menos intervencionista. Daniel cree firmemente en la búsqueda continua de la credibilidad institucional, industrial, de la responsabilidad crediticia, de la seguridad jurídica en los estados y sobre todo de la creación de un entorno adecuado para los inversores.

Si no os lo he dicho antes, a mí me gustaba más el rock.

Ambas obras, así como los autores que las han escrito, se encuentran en una sociedad tecnológica, de twitter, Facebook, linkedin,…donde la repercusión de sus pensamientos ha corrido como la pólvora en las últimas fechas. Son muchos los programas de radio, televisión, conferencias, presentaciones,…, a las que ambos han acudido y posiblemente muchas más a las que seguirán asistiendo. Ellos, sus autores, tienen una capacidad de poder influir o al menos aportar información sobre la situación en la que nos encontramos, económicamente hablando, así como de los motivos por los que hasta aquí hemos llegado y, posiblemente lo más importante, las posibles soluciones o alternativas que debemos enfrentar para salvar la crisis que vivimos.

Llegado a este punto, y partiendo de que como antes comenté, la verdad o mentira en sus afirmaciones posiblemente sólo dependa de cómo entendemos cada uno las cosas, y como antes dije que soy más de rock, tengo que reconocer, por mi parte una cierta inclinación, por no decir debilidad hacia Daniel. Y por aquello de que la facilopinión, al menos últimamente, se moja, a continuación daré mi punto de vista, apoyado en gran medida por las conclusiones que saco de la lectura del informe del CEC: “España un país de oportunidades” y que no quiero por menos dejar de compartir con vosotros:

Según mi opinión, el panorama español actualmente es complejo, muy complejo. Existe una elevada (y creciente) tasa de paro, excesos de endeudamiento no del todo corregidos, sería conveniente, por no decir necesario, reconducir las cuentas públicas hacia un equilibrio sostenible, es urgente terminar con el proceso de reestructuración bancaria y no debemos olvidar que es necesario llevar a cabo nuevas reformas estructurales.

Ahora bien, la pregunta que me hago y en la que posiblemente coincidiremos muchos es: ¿España cuenta con los recursos suficientes para superar la situación que vivimos, en un plazo de tiempo razonable?:

     1.      Posiblemente el euro ha superado el punto álgido (peek) de la crisis de confianza que ha vivido hasta el momento. La duda que tengo es si ahora no sería conveniente, como dice Soros, que Alemania se planteara salir del euro. De una u otra manera, parece que la solidez de la moneda europea se ha afianzado, despejándose así algunas de las mayores “nubes” que se cernían sobre el horizonte español.

Al mismo tiempo, parece que la competitividad española se ha fortalecido, de la mano de una contención salarial y de un incremento de la productividad por empleado (posiblemente debida por aquello de “cuando las barbas de tu vecino veas pelar…”). El otro ajuste necesario, el del sector público, aunque con mayores dificultades (en gran medida por culpa de los del cheque fácil como diría Daniel), parece ha experimentado avances considerables. Ambos factores, junto con las reformas acometidas en el sector laboral y financiero deberían dar frutos en un futuro no muy lejano.

     2.       En cualquier momento, y posiblemente sea a finales del 2013, se inicie un camino hacia la expansión, por pequeña que sea, necesaria después de ocho trimestres seguidos de retraso económico. Para el 2014, la Comisión Europea estima un crecimiento del 0,8%, situación que de ser cierta, significaría un crecimiento del PIB, el cual a su vez podría animar las expectativas de consumidores e inversores, e iniciarse así un “círculo virtuoso” que acelere la recuperación antes de lo previsto. Ojala así sea.

     3.       No podemos tampoco olvidar algunos aspectos positivos de la estructura productiva de España. La fuerza de trabajo española está formada en un 38% por personas con formación universitaria, superior a la media europea en el 30%. Para el conjunto de la economía española, la diferencia entre productividad (PIB por empleado) y su coste salarial por persona ocupada es de 28.000€, es decir igual que Alemania, Francia o Italia. Apoyado en ese margen de la productividad, debería conseguirse que en España crezcan las empresas innovadoras en campos como la biotecnología, industria aeroespacial, …

Además, y pese a la locura que en años pasados hemos vivido, hasta el punto de realizar en nuestro país infraestructuras como si no hubiera un mañana, ahora es el momento de recoger alguno de los frutos, en lo que al menos a nuestra experiencia técnica se refiere. Las exportaciones de servicios no vinculados al turismo han ascendido hasta los €63.000MM, apoyados en gran medida en las exportaciones de ingeniería y proyectos, asociados en muchos casos a la gestión o la construcción de infraestructuras avanzadas. Y si seguimos en esa línea muchos más pueden venir. Como ejemplo, el estado de Singapur, que esta semana vino por España, para exponer su proyecto para duplicar la red de metro existente. Unos $40.000MM de inversión hasta el 2030 y para los que el gobierno de Singapur quiere contar con las empresas españolas, en gran medida por su experiencia en obras subterráneas. De algo nos tenía que servir la M-30…Singapur, Colombia, Perú, Reino Unido, Turquía,… y muchos otros no son sino algunos ejemplos de la inyección en exportaciones que España puede vivir en los próximos años.

Por otra parte no debemos olvidar el turismo como fuente de ingresos y riqueza para el país. España continúa siendo el segundo país del mundo en términos de facturación e ingresos, pero no todo ello responde al prototipo de sol y playa. El patrimonio cultural, parece cada vez toma más importancia, todo ello si como dice la Unesco España ocupa el segundo lugar en el mundo por cantidad y calidad de dicho patrimonio. Y por último, no debemos olvidar que somos el tercer país del mundo en cuanto a entradas de visitantes vinculadas a congresos, convenciones científicas y culturales, ferias industriales y de muestras, o simplemente por viajes de negocio.

Con todos estos datos, a veces me parece que España es un país infravalorado, pero en gran medida por nosotros mismo pues no nos damos cuenta donde se encuentra nuestro “oro negro”, para cuidarlo y mejorarlo.

    4.       Por último, pero no menos importante, parece claro que es necesario continuar, e incluso intensificar, el impulso reformista en el ámbito de la Administración Pública, reduciendo con ello esa burocracia en cierta forma obsoleta que lastra las cuentas públicas, mejorar el mercado laboral y sobre todo conseguir de una vez por todas una colaboración eficiente entre el mundo de la empresa y el de formación profesional.

           Caso aparte considero es la reforma en el ámbito de la educación. Después de la n-ésima que hemos vivido en la última semana, me pregunto si en algún momento nuestros dirigentes serán capaces de ponerse de acuerdo, todos, o al menos una mayoría de ellos, en articular una reforma laboral que dure años, y que no cambien cada vez que llega al gobierno un partido diferente. Esto será algo más difícil, seguro, pero que no por ello espero dejar de poder ver en mi vida.

Los datos, como pueden verse, bien utilizados, pueden servir para animarnos. En ningún momento he hablado de imprimir, ya se encargan en Japón de hacerlo por nosotros. Porque antes de hacerlo tenemos que resolver parte del mal, de la gangrena que nos consume. Si no somos capaces de hacerlo, y debo reconocer que nuestro presidente, Mariano Rajoy me está decepcionando en ese sentido, de poco servirán las cifras, la mejora en las condiciones macroeconómicas. De poco servirá que nos toque la lotería de la UE. Seguiremos teniendo el mal dentro, y ese mal volverá a salir antes o después, de eso que nos quede duda.

Verdades y mentiras aparte, quiero terminar con otra frase, esta vez de Churchill, que me resultó muy interesante cuando la leí:
“The reason for having diplomatic relations is not to confer a compliment, but to secure a convenience”
Qué bien nos vendría tener un Churchill ahora, aunque sólo fuera por sus frases…

lunes, 29 de abril de 2013

¿Y SÍ AL FINAL, NOS ENCONTRAMOS ANTE UN “CATCH-22”?


Tic, tac, tic, tac,…, el tiempo se nos acaba, las mentiras son cada vez más difíciles de ser creídas. En cualquier momento la música de fondo parará de sonar y alguno se quedará sin silla.

El último consejo de ministros, el del pasado 26 de abril del 2013 ha sido la puntilla. El gobierno, el de la mayoría absoluta, definitivamente ha tirado la toalla. Se ha quedado sin ideas, si es que en algún momento las tuvo. El “trio calavera” formado por Montoro, de Guindos y Santamaría, salieron a explicarnos que esto va para largo. El desempleo seguirá creciendo en al menos 700.000, y se dice pronto. De qué sirve volver a recordarnos que 5 de los 6 millones de parados estaban durante el gobierno de ZP? Para qué defenderse de los “amagos de ataque” sufridos por un jefe de la oposición, Rubalcaba, que antes fue juez y parte del embrollo en el que andamos metidos? Escraches, abortos, desahucios, EREs y otros Bárcenas, no hacen sino recordarme esa suave niebla que precede a la salida del grupo de música en un concierto (seguro que KISS la usaba), con la diferencia que ahora tiene por objetivo intentar confundirnos, para que no los veamos; a ellos. Burdo truco diría yo. Pues me parece que esta vez no va a ser tan fácil confundir a los que otorgaron la mayoría absoluta al gobierno actual.

Sirva como ejemplo el periódico El Mundo, y a John Müller entre los que allí escriben, de este sábado 27 de abril del 2013. Parece que eso de que el presidente del gobierno, el señor M, no haga nada, es decir, nada de nada, empieza a preocupar a algunos. Que El Confidencial, y las mentes librepensantes que allí escriben nos sirvan “al pueblo” como una válvula de escape o incluso una bocanada de aire fresco, ya es algo que sabíamos desde hace tiempo. Pero que Pedro J. y toda su maquinaria ataque, vamos, diga la verdad, tan abiertamente al gobierno, en esta su aventura hacia ninguna parte en la que nos ha embarcado a todos, es cuanto menos sorprendente.

Y por qué digo esto, se preguntarán algunos. Muy sencillo, pues porque muy a mi pesar, tengo la impresión de que los que nos debían sacar de esta, o al menos sentar las bases para la recuperación, se han rendido. Peor, creo que se han “acojonado”. La maquinaria es demasiado poderosa incluso para los que fueron elegidos para cambiarla o dicha maquinaria es poseedora de algún “secretillo” que bien podría llevar a más de uno a su ruina. Situaciones como la de los 213 consejeros de la alcaldesa Ana Botella, 6 veces más que los del alcalde de París, se repiten por una y otras instituciones. De qué sirve que parezca tan claro y necesario una reforma de nuestras instituciones?, una reducción de costes innecesarios?, aunque eso signifique poner en la calle a los que luego pegan carteles en la campaña electoral, de qué sirve tener otra oportunidad después de las que pasamos en el 2012 con el rescate a bancos y la prima, la de riesgo en máximos históricos (689)?

Esta claro, que mejor es no hacer nada, total sólo pagamos 20.000MM€ al año en intereses por eso que llaman “deuda”. Acaso no nos merecemos algo mejor? En qué democracia de país civilizado, en el que además existen más de 6 millones de parados, podemos imaginar que el presidente del gobierno se encuentre completamente desaparecido? A mí me parece una completa tomadura de pelo. Como sigamos así hasta lo de Italia me va a parecer mejor.

Y por aquello de que no sólo de subidas de impuestos y recortes se vive, ni tampoco el mantra Keynesiano puede que sea la solución, me gustaría recordar un libro que leí hace tiempo, el cual me parece de buena aplicación contra la receta de aquellos que piden inyectar, endeudar, activar la economía al precio que sea, mala receta opino yo si previamente no tenemos un presidente de los de verdad, que utilice con valor la mayoría que se le concedió para mejorar lo que teníamos, reduciendo gastos con la tijera de podar.

Dicho libro se llama “Catch-22”, famosa novela, como digo, escrita por Joseph Heller y publicada en 1961, que a su vez dio lugar a una expresión coloquial del idioma inglés conocida como “entrar en un catch-22”. Esta expresión sirve para definir una situación problemática para la que la única solución que existe es negar la circunstancia inherente al propio problema. Dicho de otro modo, se trata de una situación sin salida, algo en lo que parece que España, y posiblemente la UE, se encuentra últimamente. Si España, Italia, Francia,…, tienen cada vez una mayor deuda, y un menor PIB, parece que la mejor solución para algunos, los “iluminados keynesianistas” los llamaría yo, es seguir inyectando dinero, activar así la economía, crear empleo, aumentar el consumo privado, una mayor liquidez, incrementar el ingreso fiscal a la vez que disminuyen las transferencias del estado (por ejemplo subsidios al desempleo). El problema es, como antes comenté, si no cambiamos nada de las instituciones y sistemas hipertrofiados que tenemos actualmente, la deuda seguiría aumentando y llegando a esa situación sin salida o catch-22, en la que otras naciones como Japón han estado los últimos 20 años, pero como dice Lacalle, sin tener una Sony.

Estamos jodidos amigos, bastante jodidos. Gobierno inútil aparte y referencias literarias del pasado que sirvan como ejemplo, lo que cada vez parece más claro, es el callejón sin salida en el que algunos nos quieren meter.

Imagino una situación ideal, en la que el presidente tuviera el valor para no pensar en su futura re-elección, para olvidar el partido político al que pertenece. En dicho sueño, el presidente advierte a sus ministros que lo de los “escraches” va a ser una broma para lo que les espera. Advierte que todos aquellos que tengan un trapo sucio, o incluso un cadáver en el armario, mejor que den un paso al frente para que sean sustituidos por otros más “limpios”. El presidente, consciente de que el veneno está dentro del propio sistema, ha decidido llegar hasta el final. No tiene miedo ni de las posibles revueltas internas que vivirá en su partido, ni en el congreso, ni entre los más cercanos. Ahora toca reducir el número de ayuntamientos, unificar atribuciones entre diputaciones y comunidades autónomas. Toca eliminar sociedades públicas deficitarias, vender aquellas sociedades rentables, toca reducir drasticamente el gasto, bajar los intereses que se pagan. Asesores, gerentes, directores, vocales,…, todos aquellos que no sean capaces de aportar al sistema deben desaparecer. Imagino un presidente que salga a explicar las medidas, por duras que sean, que sale a la calle y la gente puede verle. Es un presidente de carne y hueso, no es una pantalla de televisión. El presidente de mi sueño tiene un equipo de ministros preparados, ministros que no están pensando en el consejo de administración que les contratará en el futuro. Se trata de un equipo preparado, consciente de la importancia del momento. Mi presidente tiene claro la importancia que tiene, además de la reducción del gasto, la liquidez del sistema. Las Pymes, esas que serán las primeras en generar puestos de trabajo, están al borde de la extenuación. Sin capacidad para financiarse de la manera tradicional (recordemos que los bancos sólo han estado prestando a las grandes corporaciones y al propio estado) y con unas administraciones públicas que no pagan sus deudas, el futuro es cada vez más oscuro. Uno de los ministros entiende que deben buscarse nuevas fórmulas (por ejemplo bonos corporativos). El presidente sabe que no va a ser capaz de solucionar todo, pero también sabe que lo más importante ahora es cambiar el ciclo. Una reducción del gasto, acompañada con el pago de menores intereses, un aumento de la contratación, un mejor balance fiscal, serán más que suficientes para cambiar la tendencia y sentar unas bases sólidas. Lo que venga, o el que venga después deberá seguir su trabajo. Él estará muy “quemado”, tendrá muchos enemigos. Mi presidente, el de mi sueño, tiene convicciones, ah, lo olvidaba, mi presidente habla inglés.

De ilusiones también se vive, y no existe tormenta que dure toda la vida. Estos deberían ser motivos más que de sobra para que fuéramos optimistas. En lafacilopinión no está permitido pensar de otra manera, por lo que seguiré viendo el vaso medio lleno, sueños aparte.

jueves, 28 de marzo de 2013

EL RUIDO Y LA FURIA


Out, out, brief candle!
Life´s but a walking shadow, a poor prayer
That´s struts and frets his hour upon the stage
And then is heard no more: it is a tale
Told by an idiot, full of sound and fury
Signifying nothing.

La vida no es más que una sombra…un cuento narrado por un idiota, lleno de ruido y furia, que nada significa
Shakespeare y Faulkner, cada uno a su manera, escribieron sobre los versos con los que he abierto este post. “Macbeth” por el primero y el propio “ruido y furia” del segundo relatan de alguna manera la degeneración progresiva de una familia, sus secretos y las relaciones de amor/odio que la sostienen y la destruyen.

Europa, o por lo menos nuestra Europa del euro puede estar viviendo su propia degeneración progresiva. A su manera, pero puede que con consecuencias similares a la de los Compson o del propio Macbeth.

El pasado domingo, leyendo El País, en particular el artículo de José Ignacio Torreblanca: “El desgobierno europeo”, pude encontrar esta reflexión, la cual, al menos diré, me ha dejado turbado. Han pasado 4 días desde entonces, 4 días que he necesitado para tener las fuerzas suficientes a la hora de escribir este post.

En otras ocasiones, he sido muy crítico con los críticos. Véase los Krugman y Stiglitz, adalides de la quiebra del sueño europeo, viejas glorias del otro lado del atlántico, que más valdría se preocuparan de sus propios problemas, pero que en tantas ocasiones han manifestado el colapso al que nos dirigimos aquí en el viejo continente. Sin embargo, ahora, debo reconocer no tengo todas conmigo.

Mi optimismo me empujaba a ver el vaso medio lleno, una opción que cada uno tomamos de forma libre. Podemos dejarnos llevar por la negatividad que nos rodea, o podemos intentar luchar, para cambiar poco a poco lo que no funciona, con el objetivo de conseguir un sistema, en el futuro, mejor. Todo ello es cierto, lo pienso así y sigo intentando llevarlo a cabo cada día de mi vida.

Sin embargo, existen momentos de debilidad, como el que he vivido desde la lectura del artículo de Torreblanca. Momentos en los que te das cuenta que hasta ahora parece que todo vale. Situaciones en las que es evidente que no podemos fiarnos de las personas que nos gobiernan. Pasos en falso, matizaciones, justificaciones vacías, falta de estrategia, individualismos,…, carencia de liderazgo.

Es en ese momento en el que recuerdo otro poema famoso, una parte al menos de él:

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuan presto se va el placer,
cómo después de acordado
da dolor,
cómo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado
fue mejor.
    
Porque al final lo que está claro es, que de una u otra manera, la vida se nos pasa. Ya son más de 6 años de crisis, y seguimos como estábamos: “mal con perspectiva negativa”. La vida puede ser muy dolorosa, pero el grado de desesperación en el que algunas personas viven nos debería obligar a tomar decisiones, difíciles si es necesario. N olvidemos que ese es uno de los “mantras” que nos bombardea cada día: “debemos tomar decisiones difíciles, pero que son necesarias para poder salir de la situación que vivimos,…”. Ese discurso ya ha sido muchas veces pronunciado, cada vez está más vacío.

La cuestión es que no podemos seguir así. No podemos seguir colocando parches en una herida que se desangra ante situaciones como las vividas en Chipre el último mes. No podemos seguir oprimiendo a todo y a todos por la simple teoría de la austeridad, esa que tan bien funciona a unos (los alemanes en este caso que pagan intereses de la deuda irrisorios), mientras que a otros les asfixia hasta llegar a la imposibilidad de movimiento. Qué pasará si Bersani no consigue crear gobierno estable en Italia? Hasta donde subirá la prima de riesgo, la italiana y la española?

Si tenemos que salirnos del euro, o se tienen que salir del euro, algún o algunos países, es posible que haya llegado el momento de planteárselo. Lo que no podemos es seguir como si las cosas se fueran a solucionar solas. Si tenemos que proteger la moneda única, tendremos que crear un sistema bancario único, con un regulador europeo, con una unión fiscal, al menos de mínimos, y con una cierta garantía de unión política. No nos queda otra. Basta ya de solidaridad alemana. Yo no la necesito. O estamos todos en el mismo barco o que cada uno siga su camino, pero no podemos dejar que la vida, y la crisis, siga pasando sin más. Necesitamos tomar decisiones. El problema está ahí, nos hemos pasado con la deuda, tanto la pública como la privada, y eso no va a desaparecer por mucho que cerremos los ojos y lo deseemos con todas nuestra fuerza, eso solo le pasaba a Dorothy en Oz.

Entiendo que para esto último pueda pasar se necesitan líderes, cosa de la cual para nuestra desgracia carecemos. Personalmente estoy cansado de “idiotas” como a los que se refiere el fragmento de Shakespeare, que nos cuentan una historia vacía. No es una cuestión de que eche de menos personas como Roosevelt, Keynes o Eccles, y el new deal que permitió a los EEUU salir de la gran crisis (esa de la época del libro de Faulkner), es una cuestión que mires a donde mires no existe ninguna persona en la UE o en sus estados que pueda decirse tenga claro cómo sacarnos de este atolladero. Y ése, posiblemente, sea el gran problema al que nos enfrentamos: las duras y complicadas decisiones que deben tomarse (y para las que no tenemos claro sus consecuencias), dentro de un sueño o pesadilla de euro/EU, del que algunos se están despertando con una mala resaca. Decisiones para las que no veo una figura que las impulse, decisiones que pueden tener unas graves consecuencias, después de 6 años de crisis, económica, política y humana.

Creo que se acerca el momento, debemos empezar a mentalizarnos.